Generalmente de tarde, alejado de los trámites matutinos más prosaicos. La penumbra se hace protagonista del estudio, invitando a sumergirme en una buscada soledad. Mientras, un café espera a ser disfrutado y la música es elegida en función del estado anímico del día. Arropado por el ambiente, empieza el desarrollo y disfrute del trabajo, de las composiciones fotográficas que considero más personales y que me trasladan a menudo a espacios de atmósfera pacificadora.