El crujir de las hojas secas bajo tus pies, la despedida de la última luz, el blanco del almendro en flor, el olor a bosque mojado, la lluvia recorriéndote mientras mantienes los ojos cerrados, un sendero que te conduce a ninguna y a todas partes, la danza de los estorninos, el vértigo de los acantilados, las voces del viento, los surcos de la tierra… Nuestras entrañas están compuestas de todo ello.